Pasó el fin de semana en familia y nos reencontramos este lunes a las 7:45 de la mañana en el GaK. Hicimos una ronda de comentarios sobre lo ocurrido durante el Wochenende alemán y los resultados, como no podía ser de otro modo, fueron dispares. Cada familia es un mundo y cada alumno español tenía una experiencia distinta que contar: visitas a ciudades monumentales (hasta en tres estados diferentes de Alemania), a mercadillos de Navidad, a centros comerciales, a fiestas en casa de alumnos alemanes, a comidas fuera o dentro de casa, a otros países (Francia, Luxemburgo...), etcétera. La resaca (en términos metafóricos) sí era evidente en algunos casos y la cara de sueño se podía ver a leguas.
¿Y qué mejor que una dinámica de grupos para ir despertando y entrando en materia, es decir, nuestro proyecto? En esta ocasión, el profesorado alemán nos trajo una actividad muy creativa donde se pone a prueba la capacidad de consenso y liderazgo en los grupos de trabajo ya formados para las miniempresas. La cosa consiste en intentar hacer la torre más alta solo con una cantidad de papel delimitado y una barra de pegamento. ¡Nada más! Ni tijeras, ni más papel, ni ningún otro material. Ganó el grupo verde botella que llegó con su torre hasta los 174 cm de altura. En las fotografías se puede apreciar con claridad el proceso de construcción de cada torre. Dimos unos bolígrafos al equipo ganador (con redoble de tambor y aplausos enlatados incluidos) y nos metimos de lleno en la creación de las miniempresas.
Tras dedicarle mucho tiempo al proyecto, tocaba comer en el instituto. Le llaman "Imbiss". Palabra turca que el idioma alemán ha importado dada la abundante población de origen turco que reside hoy día en Alemania. Nosotros le llamaríamos: piscolabis, tentempié o el anglicismo snack. Lo importante era coger fuerza porque llegaba la hora de la Educación Física. No sé a ellos pero a mí me supo a gloria bendita. A eso de la una y habiendo desayunado a las 6:25 de la mañana, tenía más hambre que el perro de un ciego.
Después de recoger todo, nos fuimos al gimnasio cubierto donde nos esperaban dos profesores de Ed. Física con un grupo del año 11 (1º Bachillerato). Se cambiaron de ropa en el vestuario ya que aquí las 2 horas semanales de Deporte se cursan el mismo día y seguidas. Todos el alumnado del proyecto, alemán y español, fue dividido en 9 grupos y comenzó la liga de fútbol sala. No todo el mundo jugó. También hubo alumnos que tan solo fueron animosos espectadores. No hubo ningún ganador. De hecho, no se trataba de eso. El chiste estaba en hacer deporte como una clase más y salir de la teoría del proyecto y del trabajo sentado en la mesa o frente al ordenador. Nuestro alumnado defendió el pabellón español con honores, eso sí. En griterío y apoyo desde la grada sí que ganamos. Especialmente el ídolo "futbolero" de nuestro grupo: D. Fernando Varo. Parecía que estábamos en un programa del mítico Torrebruno cantando "Tigres, tigres; leones, leones; todos quieren ser los campeones...".
Para terminar el día y pensando que no todos gustan de practicar el balompié, jugaron al Matar en versión alemana. Yo he de confesar que no tenía ni idea de que existían varias versiones de este juego popular. Siempre lo practiqué de la misma manera. Pues nuestros alumnos sí que lo conocían y, por lo visto, lo habían practicado alguna vez en España gracias al profesorado de Ed. Física del Monterroso (de paso, un saludo afectuoso para Dª. Carmen, D. Cristóbal, D. Javier, D. Norberto y D. Andrés). La verdad es que lo hicimos muy bien y aunque tampoco se pensó para que hubiera ganadores y vencidos, se puede decir que no se notó mucho nuestra desventaja (no hacerlo habitualmente así) durante la contienda.
Mañana nos toca visitar una joyita de ciudad: Trier o la Tréveris romana. Ojalá nos haga un poquito de mejor tiempo. Si solo pedimos superar los 5ºC. Tampoco es tanto. ¿No?